La paz del corazón



' La paz del corazón ',
de John Kirvan
Basado en la vida y enseñanzas de Francisco de Asís


De Argentina llega la buena noticia de este pequeño libro que publica la Editorial San Pablo dentro de la colección "30 días con un Gran Maestro Espiritual", del que es autor el escritor norteamericano John Kirvan. El texto tiene una finalidad práctica por cuanto está enfocado a dedicar 30 días para "aprender de Francisco un camino espiritual de compasión, simplicidad y paz del corazón", de modo que el discípulo orante pueda descubrir "un estilo de vida tan apropiado para nuestros tiempos como para los de Francisco".

El breve escrito, publicado en tamaño de media cuartilla, parte de unos presupuestos que sitúan a Francisco dentro de la espiritualidad clásica, y definen al santo como "peregrino del espíritu, exigente y novedoso, fuerte y recio". Según el autor, "Francisco no fue una figura como de suave peluche, que se mueve románticamente en un paisaje sereno y sentimental. Francisco no es mensajero de una gracia acomodaticia, de una salvación que se adquiere con sentimientos cálidos, ni tampoco un pacifista al estilo moderno".

Este nivel de exigencia espiritual en el modo de vivir la pobreza "real, dura, penosa", por ejemplo, lleva a Kirvan a señalar que el santo de Asís "rechazó a los pusilánimes y despidió a los que defraudaron la pobreza literal que quiso para él y para todos los que fueran sus compañeros espirituales". Traducido a nuestro tiempo, el lector encontrará en estas páginas un "implacable énfasis en la pobreza real y en la humildad, su necesaria compañera", y, aunque en el librito no hay una teoría sistemática de espiritualidad ni un programa pautado para su realización, lo cierto es que el autor ha querido ofrecer una guía para un camino espiritual en treinta días.
Cada uno de los días está dividido en tres momentos: por la mañana, la lectura de distintos pasajes tomados de las dos Vidas de San Francisco que escribió su primer biógrafo, Tomás de Celano, poco después de la muerte del santo; a lo largo del día, donde aparece una frase bíblica para ser repetida a modo de mantra; y al final de la jornada, que recoge el día con una meditación de la oración del padrenuestro junto a varios pasajes bíblicos.

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